Los motivos del asesinato de
John F. Kennedy
Por
Bernardo López Ríos *
* Católico, Apostólico y Romano, fiel a las enseñanzas de
Su Santidad el Papa Francisco, de Su Santidad Benedicto XVI, Papa Emérito, del
Concilio Vaticano II y del Magisterio de la Iglesia Católica
Preámbulo
Yo
estaba en Roma al primer sacudimiento por el asesinato del presidente Kennedy.
Lo
repentino de su muerte llegó como un terremoto: afectó a tantos y en tal
magnitud, que no podía encontrase un corazón que consolara a otro, ya que todos
estaban inconsolables.
En
desgracias menores, existen algunos no involucrados, pero entonces no hubo
nadie que pudiera secar las lágrimas, porque todos estaban de luto.
Nada
es más democrático que la muerte, ya que instantáneamente no hay distinción
entre judío o griego, hombre o mujer, socialista o totalitario, republicano o
demócrata.
Todos
se dan cuenta de pronto de la maldad del mundo en que vivimos.
No
es sino hasta que vemos lo que se ha hecho a un amante de la humanidad, que
captamos el odio desenfrenado que no se calmará con las lágrimas de un pequeño
John ni con los tristes sollozos emanados de una Carolina.
Todos
dicen: “El mundo ha perdido a un gran líder”.
¡Cierto!
Pero
en el futuro, nosotros podremos hablar de “Nuestro Segundo Emancipador”.
Se
necesita una muerte de sacrificio para derrumbar las paredes de la división.
Cuando
unos hombres se niegan a reconocer a otros como sus iguales ante Dios, las
palabras no los unirán. Se necesita sangre.
Se
necesitó la sangre de Lincoln para unir una nación; se necesitaba la sangre de
Kennedy para preparar a esa misma nación a la igualdad de los hombres.
Éste
es el misterio de la muerte; hay que pagar el precio que los hombres destinan a
la grandeza para probar que el amor es más fuerte que el odio.
Dorothy
Saire, pensando en cómo Dios echó sobre Sí Mismo el hambre, sed, ansiedad,
temor y pecados de los hombres, escribió:
“La
fe cristiana es Dios tomando Su propia medicina”.
La
vocación es dada algunas veces a los santos, misioneros, enfermeras y a otros,
para permitir que los sufrimientos de sus semejantes pasen a través del canal
de su corazón común, y éste se rompe.
Tal
vez sólo en dos ocasiones, en la historia de nuestra nación, el deseo de unir
hombres en la paz ha hecho que los presidentes tomen sobre sí mismos el peso de
la inigualdad humana, hasta el punto de salvar a otros a costa de ellos mismos.
En
un día luminoso de Pascua, veremos que nuestra hermandad nacional fue obtenida
con la sangre de una víctima: John Fitzgerald Kennedy.
También
en el futuro, al otro lado del estanque donde se refleja la imagen del
victimado Lincoln, se fundirá otro monumento, con la heroica imagen del
victimado Kennedy, ya que ambos fueron grandes, no “por” lo que ellos hicieron,
sino por lo que se hizo “a través” de ellos.
Él
ha cruzado la “nueva frontera”, esa misteriosa línea divisoria a donde un
hombre va a rendir cuenta de sus acciones.
No
necesita temer porque “Bienaventurados los que sufren a causa de la justicia”.
La
muerte de Lincoln nos proporcionó paz para muchas décadas posteriores.
Quiera
Dios otorgar a través del mismo sacrificio de la Ley del Calvario en el
presidente Kennedy, esa paz “que no puede dar el mundo”.
Sobre
todas nuestras figuras nacionales, estos dos presidentes del dolor, se yerguen
eternamente cerca del Varón de Dolores, diciendo:
“Estaré
aquí, a Tu lado, no desprecies mi nación”.
(Monseñor Fulton J. Sheen, “La Prueba del Amor”, Presidente Kennedy (R.I.P.), El Poder del Amor, editorial Diana,
México, 1983, pp. 13-15)
Introducción
El presente artículo, escrito a manera
de apunte, forma parte de nuestro estudio sobre “El proyecto del Nuevo Orden
Mundial: la conspiración de la masonería contra la Iglesia Católica para imponer un solo gobierno mundial”:
http://www.apostoladodelosultimostiempos.blogspot.mx/2013/03/apuntes-para-entender-el-proyecto-del.html
http://www.apostoladodelosultimostiempos.blogspot.mx/2013/03/apuntes-para-entender-el-proyecto-del.html
Es el muy destacado investigador Robin
de Ruiter (El Anticristo, Libro I, Poder
oculto detrás del Nuevo Orden Mundial, Una advertencia para la Cristiandad , Editorial
San Pablo, México, 2006) quien nos proporciona esta valiosa
información:
Robert Anton Wilson es un especialista en
ocultismo y participante regular en el Central Ohio Starwood Festival de brujas
y paganos, que en numerosas ocasiones se ha declarado públicamente agnóstico y
gran admirador de Aleister Crowley (famoso satanista) y ha escrito libros para
brujas y seguidores de la New Age.
Es interesante que un hombre tan informado
como Wilson declare que la familia Kennedy es un importante linaje conectado
con ““los iluminados””.
¿Quiénes son los “Iluminados”?
Los
“Iluminados” de Baviera. El nombre de la
secta, “Iluminados”, significa que sus miembros han sido iniciados en las
enseñanzas secretas de Lucifer, el supuesto dador de luz o fuente de
inspiración, de acuerdo con la doctrina de la francmasonería iluminada.
A mayor abundamiento,
los “Iluminados” se crearon con un propósito: llevar adelante los planes de la Alta Masonería para crear un
Nuevo Orden Mundial.
¿Quiénes
son los Soberanos invisibles?
Son
manos invisibles que mueven los hilos del mundo desde hace más de
trescientos años. Son trescientos hombres que se conocen entre sí y que nombran
sus propios sucesores, gente muy poderosa que maneja el mundo desde antes de la Revolución Francesa.
Entre
ellos se cuentan algunas familias de Estados Unidos y Europa, masones de alto
grado, empresarios de algunas transnacionales, algunos gobernantes del Primer
Mundo e integrantes del “Club de Roma”.
Ellos
dictaminan las guerras, la moral, la moda, y quieren regir los destinos de la
humanidad para llevarnos a un Gobierno Mundial.
Enfrentar a unos contra
otros es parte de su estrategia. Nos mantienen tan divididos que el hombre
común no tiene ni idea de que las cúpulas del poder mundial están unidas.
Robin de Ruiter afirma que todos los caminos
de la investigación sobre “La Conspiración Mundial ” se podría decir que
conducen a los “Iluminados” o los “Iluminati”, una sociedad secreta fundada el
1º de mayo de 1776 por Adam Weishaupt, profesor de la Universidad de
Ingolstadt, Baviera.
Los “Iluminados” han estado profundamente
involucrados en todas las revoluciones que han estallado después de la Guerra de Independencia de
los Estados Unidos. Esto incluye la Revolución Francesa ,
que condujo al exterminio de por lo menos 100,000 personas durante el reinado
del “Terror” que le siguió.
El control sobre el petróleo significa control sobre
el mundo entero.
Si el lector entiende
que el petróleo del mundo ha sido un monopolio de los “iluminados” desde 1928,
eso le ayudará a entender que Aristóteles Onassis, el hombre que construyó la
línea más grande de buques-tanque petroleros del mundo, era también un
“iluminado”.
Durante la Segunda Guerra
Mundial, los alemanes, tanto como los aliados, hundieron todos los buques
griegos.
Sin embargo, de todos
los buques de Onassis ninguno fue atacado. Sus buques podían navegar por
cualquier zona de guerra, sin ser hundido o atacado. Onassis les vendió
petróleo y armas a ambos lados.
Los teléfonos de la ITT fueron usados en
submarinos alemanes. Rockefeller le vendió petróleo a Hitler durante la Segunda Guerra
Mundial a través de España para hacer que la guerra durara más.
Los “iluminados”
están divididos en secciones: la sección drogas-pornografía, la sección
política-negocios, la sección culto-rituales, la sección comunicaciones
globales y la sección control mental.
Los liderazgos dentro
de las diversas áreas se traslapan.
Onassis trabajaba
dentro de las áreas de drogas, pornografía, política y dirección de empresas. A
la muerte de Onassis, los Rockefeller y los Bundy se hicieron cargo de sus
negocios.
El presidente
Roosevelt, masón del grado 33 no hizo nada para advertir a sus marinos y al
pueblo de Hawái, porque quería que el pueblo estadounidense se sintiera tan
ultrajado, que aceptara que los Estados Unidos entraran a la Segunda Guerra
Mundial.
Los
Kennedy
La semilla de Brian Caeneddi, el primer
Kennedy, también conocido como Brian Boru, se esparció en numerosas e
importantes familias reales.
Los Kennedys se emparentaron con la realeza
de Escocia. Por ejemplo, Archibald Kennedy, mejor conocido como el marqués de
Ailsa, que fue el 15º “Earl of Cassillis”, se casó con Mary, hija del rey
Roberto III.
Está muy claro que la familia Kennedy se
originó en Irlanda. Los Kennedy son descendientes de Brian Boru y de su sobrino
que pronunciaba su nombre “Cinneide”.
Después, ese nombre pasó a O’Kennedy.
Originalmente eran del linaje de Dalcassion y vivían en un área cerca de
Killahoe y Killokennedy.
Los O’Brian y los MacNamara los obligaron a
trasladarse a otros territorios, donde se convirtieron en Lords of Ormond, lo
que hoy es el norte de Tipperary.
Hacia el año 1600 aparece una rama escocesa
de los Kennedy.
Hoy la familia Kennedy abunda en matrimonios
con nombres tales como Freeman, Reagan, Russell, Smith, Collins, Rockefeller y
Fitzpatrick, esta última es una familia irlandesa cuyo escudo de armas tiene
tres flores de lis con un dragón y un león.
Los Fitzpatricks estuvieron ligados con la
monarquía francesa y también tuvieron casamientos con miembros del 13º linaje.
Los principales temas relacionados con las
guerras son conocidos y planeados con anticipación por sus responsables.
Mucho de lo que los políticos dicen al
público es simplemente para su propio beneficio y a menudo son sólo mentiras.
Joseph Kennedy, que tuvo el prestigioso cargo
de embajador de los Estados Unidos ante la Gran Bretaña antes de la Segunda
Guerra Mundial, adquirió reputación, después de que Inglaterra y Alemania
comenzaran a pelear por estar en contra de que los Estados Unidos entraran a la
guerra.
Mientras Kennedy pretendía ser adverso a la
guerra, colaboraba estrechamente con el presidente Roosevelt (masón del grado
33) en maniobras para engañar a los estadunidenses.
Uno de los hombres que trabajaban en la
embajada de los Estados Unidos era Tyler Gatewood Kent, un oficial de carrera
en el servicio consular estadunidense.
Mientras trabajaba ahí se sorprendió de ver
que Kennedy y Roosevelt estaban involucrando secretamente a los Estados Unidos
en la Segunda Guerra Mundial.
Entre otras cosas, Roosevelt desarrolló los
elementos para el ataque a Pearl Harbor.
Mucho se ha escrito sobre el conocimiento
previo de Roosevelt sobre un ataque a Pearl Harbor, que incluía maniobras
estadunidenses contra el Japón, haciendo inevitables las represalias, así como
información de un probable ataque que llegó a Roosevelt a través de por lo
menos ocho fuentes diferentes.
Está claro, por la evidencia que ha surgido
después de la guerra, que Roosevelt supo, al menos 48 horas antes del ataque a Pearl
Harbor, que los japoneses iban a atacar.
Roosevelt no hizo nada para advertir a sus
marinos y al pueblo de Hawái, porque quería que el pueblo estadunidense se
sintiera tan ultrajado, que aceptara que los Estados Unidos entraran en la
guerra en Europa.
Jackie Bouvier Kennedy Onassis, que fue
esposa de John F. Kennedy, estaba ligada a los Auchincloss, una ascendencia
escocesa de “los iluminados”.
Uno puede seguir fácilmente la trama de la historia
a través de los nombres de la ramificada tribu de los Auchincloss: Bundy,
Grosvenor, Rockefeller, Tiffany, Vanderbilt y Winthrop, entre otros.
Si John F. Kennedy no hubiera sido asesinado,
lo que propició que se investigara y escribiera mucho sobre su vida, nunca
hubieran salido a la luz pública muchas cosas sobre la relación de la familia
Kennedy con “los iluminados”.
John F. Kennedy hubiera podido pasar por un
buen presidente iluminado, pero él y su hermano Robert decidieron usar su
popularidad para destruir la conspiración.
Ambos se diferenciaban de muchos de los
poderosos “iluminados”, tales como Aristóteles Onassis.
Los hermanos Kennedy tuvieron mucho valor para
zafarse de la conspiración, ya que ésta les era familiar desde que eran niños.
Sin embargo, ni John ni Robert Kennedy, a
diferencia de su hermano mayor Joseph, no recibieron jamás entrenamiento ni
adoctrinación de “los iluminados”.
En 1961 Joseph Kennedy sufrió un infarto,
entonces John y Robert, sintiéndose libres, decidieron destruir la
conspiración.
John F. Kennedy no
sólo prometió partir la CIA
en mil pedazos, sino que también estuvo a punto de introducir un sistema por el
cual el gobierno de los Estados Unidos imprimiría su propio papel moneda libre
de impuestos con independencia de los banqueros iluminados.
Quería también
terminar con la Guerra Fría
y retirarse de la guerra de Vietnam, organizada por “los iluminados”.
Desde el momento en que “los iluminados” se
dieron cuenta de que John F. Kennedy no estaba dispuesto a ser un títere de ellos,
comenzaron a tramar, con ayuda de la
CIA , terminar con él.
El jefe de la CIA echó a perder a propósito
la oportunidad de éxito que tenía esa organización en la invasión de Bahía de
Cochinos.
Él personalmente impidió a la CIA apoyar la
invasión con la aviación, aun sabiendo que sin el apoyo por aire la operación
no podía tener éxito, como de hecho sucedió.
Todo sonaba muy creíble porque la CIA iba a
contar toda la historia.
El público no es suficientemente astuto como
para darse cuenta de que la prensa, controlada por “los iluminados”, había
volteado sutilmente las cosas contra John F. Kennedy.
Dos poderosos amigos de John F. Kennedy, que
querían ayudarlo a luchar contra “los iluminados”, fueron eliminados antes de
que Kennedy fuera asesinado.
El senador Estes Kefauver fue envenenado con
una fórmula secreta que le produjo un “ataque al corazón”, el 8 de agosto de
1963.
El otro amigo fue Phillip Graham, editor del Washington Post. Su mujer, Katherine
Meyer había participado ampliamente en la conspiración y se le había visto con
frecuencia en actividades de la élite.
Katherine sobornó a algunos psiquiatras para
que certificaran que su esposo padecía de una enfermedad mental.
Phillip Graham fue internado por orden de un
juez en un hospital psiquiátrico. Un fin de semana, en que le permitieron
visitar su hogar, fue encontrado “suicidado” de un tiro.
Después de la muerte de John F. Kennedy, su
sucesor Lyndon Johnson echó marcha atrás a las medidas de Kennedy relativas a
la Reserva Federal y a la guerra de Vietnam.
Bajo su gobierno, la guerra experimentó una
rápida escalada. La guerra de Vietnam fue una grotesca matanza humana y
financiera, de acuerdo con el clásico molde “iluminado”.
Y tal como querían “los iluminados”, la
Guerra Fría continuó.
Bob Kennedy sabía muy bien quién había
disparado a su hermano.
Escribió un libro, que no se publicó,
titulado “El enemigo está dentro”, y
al final también él fue asesinado.
En años recientes, para empañar su
reputación, “los iluminados” han dado permiso a las editoriales de publicar
libros que exponen la vida sexual y otros escándalos de John F.Kennedy.
Éste tuvo muchas amantes, entre otras, Marilyn Monroe, Jane Mansfield y Zsa Zsa Gabor, que fueron también amantes de Anton LaVey, jefe de la Iglesia de Satanás.
(Cf. Robin de Ruiter, El Anticristo, Libro I, Poder oculto detrás del Nuevo Orden Mundial, Una advertencia parala Cristiandad , Editorial
San Pablo, México, 2006, pp. 112-116).
Éste tuvo muchas amantes, entre otras, Marilyn Monroe, Jane Mansfield y Zsa Zsa Gabor, que fueron también amantes de Anton LaVey, jefe de la Iglesia de Satanás.
(Cf. Robin de Ruiter, El Anticristo, Libro I, Poder oculto detrás del Nuevo Orden Mundial, Una advertencia para
En su libro El Anticristo III, Robin de Ruiter ha publicado nuevos avances de
su investigación y nos proporciona más información con importantes datos:
A pesar de que su familia fue una de las
familias líderes de los “Illuminati”, los hermanos Kennedy se convirtieron en
enemigos acérrimos de ellos.
Entre otras confrontaciones, mencionamos el
enfrentamiento de abril de 1962 entre Kennedy y la corporación U.S. Steel.
También se levantó en contra de la CIA de
Allen Dulles –que lo había manipulado para continuar con la acción en la Bahía
de Cochinos- contra Wall Street, contra los intereses de Morgan, contra los
Rockefeller y muchas otras familias influyentes de los “Illuminati”.
El presidente Kennedy estaba agudamente
enterado de que su oposición no era a los negocios en general, sino a un grupo
numéricamente mucho menor, aunque más poderoso.
Kennedy también había decidido retirarse de
Vietnam. Poco antes de su asesinato, comenzó a retirar a las tropas
estadounidenses de Vietnam.
Para el tiempo de su muerte, alrededor de 16
mil tropas estadounidenses estaban en Vietnam.
La política de los Estados Unidos en Vietnam
cambió dentro de las veinticuatro horas posteriores a la muerte del presidente
Kennedy.
Bajo el mandato del presidente Johnson, la
participación de los Estados Unidos se intensificó y 543 mil soldados (fuerzas
de infantería) fueron enviados a Vietnam.
John F. Kennedy no sólo pensó dejar que la
CIA quedara disuelta en una organización de Estado distinta y terminar con la
guerra de Vietnam; también fue el único presidente de los Estados Unidos que
trató de poner fin al poder del Banco de la Reserva Federal; banco con el cual
se negó a cooperar por más tiempo.
De hecho, cuatro meses antes de su muerte,
Kennedy se atrevió a desafiar al Banco de la Reserva Federal.
Quería tener impreso su propio dinero de
Estado, en lugar de prolongar los préstamos extraordinarios de interés
agravado, emitidos por el Banco de la Reserva Federal.
Los “Illuminati” centraron su atención en
John F. Kennedy cuando se dieron cuenta de que él no permitía ser manipulado.
El 22 de noviembre de 1963, fue asesinado.
El asesinato de Kennedy fue una advertencia
para los futuros presidentes que pudieran pensar en eliminar la deuda de los Estados
Unidos, descartando el control de la Reserva Federal sobre la creación del
dinero.
Y no fue Lee Harvey Oswald quien asesinó a
Kennedy; él sólo sirvió como pantalla.
Fueron los miembros de la operación 40, un
equipo absolutamente secreto, fundado por George Bush, Richard Nixon y Allen
Dulles e inicialmente formado para eliminar a Fidel Castro.
Los miembros de este escuadrón de la muerte
también son responsables de la muerte del Che Guevara, de Salvador Allende
(presidente de Chile), de Jaime Roldós (presidente de Ecuador) y de Omar
Torrijos (presidente de Panmá).
Más tarde, la Operación 40 fue también
responsable de la Operación Fénix, el mayor esquema de asesinato de Vietnam.
El expresidente George Bush padre fue
director de la CIA antes de convertirse en presidente.
Si uno echa un vistazo a la CIA durante el
mandato de Bush, descubrirá el verdadero carácter de este hombre.
Durante su mandato se oyó hablar de vínculos
directos entre la CIA y los cárteles de la droga, de comercio internacional de
armas y de redes de sicarios financiados en todo el mundo por los “Illuminati”.
La guerra de Vietnam es un horrible ejemplo
de las manipulaciones de los “Illuminati” y fue un gran éxito financiero para
ellos.
Robert Kennedy, también asesinado, sabía
exactamente cómo y por quién fue asesinado su hermano. Escribió un libro
inédito intitulado “El enemigo interior”.
(Cf. Robin de Ruiter, El Anticristo III, “Conspiración contra Dios”, Editorial San Pablo, México,
2012, pp. 80-85).
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