Desterrar el trato agresivo en las telenovelas
Por Bernardo López Ríos *
*
Católico, Apostólico y Romano, fiel a las enseñanzas de Su Santidad el Papa
Francisco, de Su Santidad Benedicto XVI, Papa Emérito, del Concilio Vaticano II
y del Magisterio de la Iglesia Católica
A España,
“la madre Patria”, le debemos muchísimo, pero había muchos elementos en las
culturas indígenas que eran superiores a la española, entre ellos: la
pulcritud, el sistema de drenaje en Tenochtitlan, el conocimiento de hierbas
medicinales, la delicadeza en el trato mutuo, el sentido místico de la
naturaleza, expresado en poesía y arte de alta calidad, y algunos aspectos de
la astronomía.1
En efecto,
la delicadeza en el trato y el estilo de lenguaje dulce y cortés lo podemos
constatar fielmente en los hermosos, sencillos y profundos diálogos entre
Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego.
Esta rica
tradición la tenemos los mexicanos como una de nuestras más preciadas herencias
culturales que debemos fomentar y, en algunos casos, rescatar, como en el caso
del trato entre los personajes de las telenovelas.
En efecto,
debo confesar que, aunque no veo telenovelas y procuro en cambio leer un buen
libro, no puedo evitar ver algunos segmentos cuando cambio de canal para
enterarme de las noticias y casi siempre encuentro discusiones, trato agresivo
o excesivamente serio, poca cordialidad e incluso mucha artificialidad en
algunas actuaciones que yo creo que ni los mismos artistas “se la creen”.
Por cierto
que la miseria del vocabulario de las telenovelas ha sido señalada por el
lingüista Ernesto de la Peña, quien si mal no recuerdo, dijo en una ocasión que
no pasaba de 500 palabras.
¿A qué se
debe el trato poco cordial entre los personajes de las telenovelas?
Lo podemos
atribuir a lo que ha profundizado Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel cuando
afirma que tenemos elementos culturales (sociológicamente hablando) que nos
podrían aproximar a una “cultura de violencia”.2
Monseñor
Arizmendi hace distinciones muy precisas sobre los tipos de violencia y entre
estos señala a la violencia verbal que ocurre cuando se insulta a los
otros, se les ofende, se les dicen palabras hirientes, se les calumnia, se les
presiona; cuando se hacen públicas cosas que debieran permanecer ocultas.
Conclusión
Como punto complementario
recordemos la profecía de la Santísima Virgen María a Teresa Musco en 1951:
“Las mujeres perderán el pudor y la vergüenza. Satanás tomará su
forma para hacer caer a muchos”
Cuánta razón
tiene Fulton J. Sheen cuando afirma:
Cuando
el amor de una mujer se hace venal, todo está perdido. Cuando es noble,
proporciona al mundo un bálsamo de ternura y de emoción. El nivel de toda
civilización es, pues, el nivel de sus mujeres.
La
caballerosidad y el respeto hacia las mujeres deberían regresar pronto a las
pantallas. Los hombres podemos hacer mucho para ello.
1 CF. Juan Auping Birch, México y la
modernización: la autoimagen compleja del mexicano en el cambio, en México
en el cambio, Fundación Konrad Adenauer, México 1992, p. 34
2 Cf. Felipe Arizmendi Esquivel, Vivimos
una cultura de violencia, Centro de Estudios y Promoción Social, A.C.
(CEPS), México (s.f.).
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